“Lo que sobrevive es el organismo en su entorno”
Charles Darwin
El naturismo es una forma de entender la vida y el mundo, es una forma de vida sana, que se fundamenta en que el ser humano y su entorno forman parte de la misma unidad, en consecuencia, un individuo que solo piensa en su propia supervivencia destruirá inevitablemente lo que lo rodea y también se destruirá así mismo.
La medicina natural es el arte y la ciencia de estimular la fuerza interna o fuerza vital para reestablecer la salud, utilizando los elementos o agentes naturales, como el alimento, el agua, la tierra, las plantas medicinales, la luz solar, el aire, el ejercicio, técnicas psicofísicas y el masaje, siendo el más importante el alimento integral y crudo.
Desde los albores de la existencia del hombre, este llevaba una alimentación ordenada y armónica; cultivaba y consumía la mayoría de productos que se producían en su entorno, siendo excepcionales los alimentos consumidos de regiones alejadas, lo cual le permitía cumplir en forma adecuada sus actividades diarias, además de gozar de una buena salud, hecho que lo demuestran ciertas poblaciones de América como es en la Amazonía, Vilcabamba (Ecuador), Aymaras (Perú y Bolivia), Hunzas (Pakistán), Abkhazia (Georgia) y Okinawa (Japón), donde además es un hecho epidemiológico que son las poblaciones más longevas del planeta.
Conforme el hombre se vio envuelto por el “desarrollo de la civilización”, se aparta de un alimento natural e integral para ser influenciado por las empresas refinadoras de alimentos, comienza a consumir cada vez más productos procesados, enlatados, que disminuyen la calidad de su alimentación. El color de algunos productos no fue bien visto y le agregaron color antes para que se vean más atractivos y lustrosos. El ganado y las aves no engordaban ni crecían lo suficientemente rápido y les dieron hormonas para que su carne sea abundante y suave, como la actividad física no era bien visto por el hombre, pues la res perdía peso por el ejercicio, las encerró en cubículos para ponerle más hormonas y engordarla más fácilmente. Las gallinas no ponían huevos suficientes y el hombre resolvió en forma extrema cambiarles el sol por un bombillo, alterar el ciclo circadiano del animal y sin gallo, ponerla a producir más huevos para el consumo. Los azucares naturales no tenían buen sabor, el azúcar de caña era de un feo color y se refino para que se volviese soluble, de un mejor color, blanco transparente como un diamante y así se convirtió en uno de los productos más acidificantes y por lo tanto favorecedores para la enfermedad.
Todo esto conlleva a un desorden metabólico donde no solo se encuentran implicados los carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales, enzimas, coenzimas y demás elementos trazas que juegan un papel ordenador y terapéutico en los alimentos. En consecuencia, no se ha entendido que la nutrición es como el hombre: una unidad, un sistema que trabaja en íntima relación y que el alimento o el todo no solo implica descubrir las partes, para descubrir su misterio, cayendo en una verdad parcial del conjunto, olvidando que siempre el TODO resulta ser más que la suma de las partes.
Muchas han sido las pruebas experimentales comparando la alimentación natural e integral con una alimentación “moderna”, entre ellas, destacan algunos pioneros del Neohipocratismo como: el Dr. Hufeland, Dr. H. Lahmann, Dr. Berg, Prof. Shoenenberger, Prof. Brauchle, Dr. Otto Buchinger, Dr. Bircher Benner, Dr. Schnitzer, Dr. Bruker, Dr. Heupke, Dr. Bernard Check, Dr.Mac Carrison, Dr. Carlos Casanova, este último médico peruano que desde mediados del siglo pasado introdujo en América latina la visión neohipocrática del uso del alimento integral y crudo como medicina
Describiremos en forma sucinta una de estas investigaciones pioneras que realizó el médico inglés Sir Robert Mc Carrison, habiendo sido asignado médico en el Pakistán en la época en que la India era colonia inglesa; después de un año de estadía en ese lugar, donde viven los Hunzas, advierte que estos gozaban de una buena salud, no habiendo realizado cirugías mayores a nadie durante su permanencia, además de que fácilmente sobrepasaban los 100 años, trabajando en la dura labor agrícola.
Se pensaba que la salud de los Hunzas se debía a su vida al aire libre, pero él afirmaba que era por la calidad de agua y de la alimentación que consistía en frutos, como albaricoques, manzanas, peras, melones, azufaifas, granadas, uvas, melocotones, cerezas, fresas, moras; ensaladas con trigo puesto a germinar en tierra húmeda y en ocasiones choclos y otros granos sin madurar, aún en estado lechoso (al comienzo de la primavera), los cereales lo comían en forma de papilla diariamente como la cebada y el trigo.
El pan era preparado con granos de trigo que se molían a medida que la necesitaban; la harina fresca amasada con agua y sin levadura y dispuestas en forma de galletas aplastadas, era cocida rápidamente en el fogón y se comían aun calientes. La leche y queso fresco en poca cantidad en las comidas y como el ganado se mata en caso de accidente o extrema vejez, la carne era consumida 2 a 3 veces al mes, especialmente en la época de hambruna. La mantequilla se usaba en forma de condimento, así como el queso de leche agría en los días de fiesta, algunas hortalizas como la papa y el tomate, pero en menor cantidad que los frutos, completa la comida habitual de los Hunzas.
El azúcar y la sal eran desconocidos y no se hacía uso de ningún estimulante o excitante; en época de sequía y hambruna, factor indispensable era el hecho de practicar el ayuno anual.
Mc. Carrison se propuso demostrar que la buena salud de los Hunzas se debía a la calidad de su alimentación, para lo cual reunió 1,200 ratones. A la mitad de ellos les dio la alimentación típica de los Hunzas y a la otra mitad se le alimentó con el régimen dietético típico de un barrio popular de Londres, como el pan blanco, carnes, jamón, conservas, vegetales cocidos, confituras, frituras, azúcar refinada, sal, condimentos y otros alimentos desnaturalizados.
La experiencia duró varios años y se sostuvo en varias generaciones de ratones. El grupo con la dieta de los Hunzas se mantenía sano, sin las enfermedades típicas del hombre de ciudad, como son la artrosis, diabetes, hipertensión arterial, no se presentaban tumores, además de mantenerse pacíficas ante el aumento del número de ratones ocupando el mismo espacio vital.
Los ratones con la dieta del hombre inglés de la época comenzaron a sufrir las enfermedades propias del hombre moderno, artrosis, diabetes, hipertensión arterial, tumores benignos y malignos, así como que se tornaron irritables, agresivos, devorándose a sus crías ante la ocupación de su espacio vital, de allí que surge la máxima hipocrática: “De todos los factores que mantiene la salud humana el más importante y simple factor es el alimento perfectamente constituido”.
Desde la visión de la Sintergética que es una visión de síntesis, que considera al ser humano como un holón integrado en diferentes planos, como son la materia, la energía, la información y la conciencia, abordando la patología de un paciente, desde la visión integrada, dirigiéndonos desde lo más denso a lo más sutil, a lo cual hemos denominado el punto de alta sintergía y desde allí producir el desenlace terapéutico tal cual caída de un juego de domino, produciendo respuestas muy positivas, sin embargo no debemos descuidar el régimen dietético de nuestros pacientes, que es parte de lo más denso, del fuego metabólico, recordando un viejo adagio oriental : “ El hombre se enferma, primero por lo que piensa , luego por lo que siente y finalmente por lo que come.”
Dr. Oscar Villavicencio Vargas